Hace 30 años desde, Pilar (Pili) Dopazo Fidalgo y su marido compraron la que sería su primera autocaravana. Era enero de 1992 y en su Lugo natal solo había dos. Si por entonces era raro ver a autocaravanistas locales y nacionales, más extraño era encontrarse a una mujer en ese, entonces, pequeño grupo de viajeros libres. Aún asi, asegura, “siempre me sentí una más”.

La autocaravana le ha permitido y le permite disfrutar de la naturaleza, conocer ciudades y modos de vida distintos, entablar relaciones de amistad que perduran en el tiempo y que forman parte del mapa de una vida. Para Pili la autocaravana es libertad: de movimiento, de horarios, de obligaciones y ataduras y una escuela de convivencia, inclusión y solidaridad.

Socia y comprometida con AGA -estuvo en su directiva- aboga por el asociacionismo para defender los derechos de los autocaravanistas y reivindicar mejoras para el colectivo. “En grupo tenemos más posibilidades de que nos hagan caso” subraya.

¿Que le llevó a subirse a una autocaravana?
Para mí fue una evolución natural. Durante años me moví por Galicia, España, Portugal… en tienda de campaña. Siempre me encantó viajar, una pasión que comparto y me une a mi marido, ir a nuevos lugares, disfrutar de la naturaleza, conocer gente… Pasado el tiempo, dimos el salto al remolque con salita, dormitorio, un saliente.. y finalmente en 1992 decidimos comprarnos una autocaravana. Y ya vamos por la tercera.

Una experiencia de 30 años la sitúan como pionera del autocaravanismo gallego, ¿se sintió especialmente observada por ser mujer?
La verdad es que cuando compramos nuestra primera autocaravana solo habia otra en Lugo y los pocos autocaravanistas que veíamos eran casi todos extranjeros. Que fuese mujer llamaba algo más la atención en aquellos tiempos, pero siempre me sentí una más. Hoy en día ya encuentras tantas mujeres como hombres: mujeres solas o con sus hijos, con sus maridos, al volante…

¿Es el autocaravanismo un escenario cómodo y seguro para las mujeres?
Sí, somos personas con una afición común, en general abiertas y solidarias, para quien todos somos iguales: mujeres y hombres. Además cada vez hay más áreas para autocaravanas, públicas y privadas, y eso también da seguridad.

¿Hasta dónde les ha llevado la autocaravana?
Puedo decir que conozco muy bien España -me acuerdo que mi primer viaje en autocaravana fue a Sevilla, a ver la Expo- y también Portugal, Andorra y Francia, Estuve en Marruecos dos veces, una experiencia que estaría encantada de repetir. Seguiré viajando siempre que pueda: en fin de semana, en puentes o en vacaciones, porque eso es algo que nos identifica a todos los autocaravanistas: salimos en verano, en invierno, en cualquier momento del año; hacemos pequeñas escapadas, viajes largos, medianos…Tenemos la libertad para viajar sin horarios, sin rutinas, sin ataduras.

¿Qué factores hacen del autocaravanismo una pasión?
Sobre todo la libertad de moverte cuándo y a dónde quieras. Es una forma de viajar que te permite conocer a personas de distintas edades, con visiones distintas del mundo, de otras culturas…Es gente diferente pero con la que tienes algo en común, el gusto por viajar en autocaravana.

¿Y mantiene el contacto con las personas que se va encontrando en el camino?
Sí, la verdad es que sí. Seguimos manteniendo el contacto en el tiempo. Son amigos, personas que sin ser nada tuyo, acabas sintiendo como familia. Da igual que sean de otras zonas de España o de otros países: por ejemplo, un suizo que conoces en Valdoviño; un andaluz con el que coincides en Portugal…

¿Qué le diría a quienes no entienden la pasión que suscita el autocaravanismo entre sus aficionado o a aquellos que sienten curiosidad pero no se atreven a dar el paso?
Yo les digo que prueben. Que alquilen una autocaravana y que tengan la experiencia de moverse en libertad. El que prueba, repite.

¿Galicia trata bien a los autocaravanistas?
Es uno de los mejores destinos que se pueden encontrar. Tenemos más áreas de autocaravanas que en otras comunidades, mejor acondicionadas, somos generalmente bien recibidos allí dónde vamos y sobre todo por el comercio local y la hostelería y en los pueblos más pequeños, nos quieren más. Nosotros viajamos en cualquier momento del año y allí dónde vamos consumimos en un bar o restaurante, o bien compramos en el súper, en la farmacia… o si nos gusta algo en una tienda, entramos a comprarlo, nos integramos. Salimos en invierno y todo el año, solo necesitamos nuestra casita y ganas.

¿Qué habría que mejorar para avanzar en el autocaravanismo?
Más áreas de autocaravanas, más aparcamientos con los servicios que necesitamos que son pocos: una explanada y un punto para coger agua y vaciar aguas grises. Ni siquiera hace falta que tenga toma de electricidad. Y también sería bueno una normativa para autocaravanas unificada para toda España.

¿Qué papel puede jugar AGA para conseguir estas demandas?
Es bueno que existan asociaciones como AGA para luchar por los derechos de los autocaravanistas y tratar de mejorar. En grupo tenemos más posibilidades de que nos hagan caso. Ya somos una de las asociaciones más grandes de España y de las más activas pero tenemos que ser más, para que nos tengan en cuenta.